MENSAJES PARA WEBCAM

lunes, 18 de agosto de 2008

HISTORIAS EROTICAS- KINBERLY Y SU TIO

Mi nombre es Kimberly (o Kim simplemente) y mis primeras experiencias sexuales comenzaron cuando yo acababa de cumplir los 17 años. En esa época había dejado de tener un cuerpo de niña y como estaba muy bien desarrollada se acentuaban en mi cuerpo mis encantos y aunque quede mal que yo misma lo diga tenía un muy buen cuerpo cosa que heredé de mi madre y lo más lindo que tenía según me decían eran mis piernas por lo que siempre usaba minifalda y el resto de mi ropa también era provocativa.

A esa edad mis intereses tampoco eran los mismos que los que tenía poco antes. Con mis amigas estábamos interesadas en el sexo y todas esperábamos que nos llegara el momento de dejar la virginidad.
Yo vivía con mis padres aún jóvenes pues mi madre tenía unos 38 años y mi padre 40 pero no tenía hermanos.

Desde pequeña había tenido afición por la música y como mi tío (hermano de mi padre, de 35 años) era profesor de piano también desde niña tomaba clases con él y por esa época estaba por recibirme de profesora y estaba preparándome para dar el examen con el que obtendría mi diploma. Desde hacía un tiempo atrás también ayudaba a mi tío con sus clases por lo que todas las tardes iba a su casa y pasaba buena parte del tiempo allí entre dichas clases y mi preparación para el examen. Como era su única sobrina mi tío me tenía un gran cariño y muchas veces me consentía en mis caprichos por lo que yo también lo quería mucho y disfrutaba el tiempo que pasaba con él.

Hacía un tiempo me había dado cuenta que mi tío me miraba de manera distinta, es decir que ya no me veía como su sobrinita sino que sus miradas ahora se dirigían a mis tetas o a mis piernas cosa que yo notaba aunque él tratara de disimularlo. Yo me divertía con ello por eso cuando me sentaba frente a él, cruzaba las piernas y al hacerlo mi pollera se levantaba y dejaba al descubierto mis muslos, y me daba cuenta que mi tío se ponía nervioso en esos momentos. Un día llegué a su casa como siempre y me extrañó que no tuviera ningún alumno. Él me dijo que había suspendido las clases porque quería hablar conmigo y yo supuse que sería algo relativo a mi examen, por lo que me senté frente a él para escuchar lo que me tenía que decir. Pero mi tío quería hablar de otro tema y me dijo:
- Kim ya estás hecha una mujer, y una mujer preciosa además.

- Gracias, tío – respondí.

- Quería preguntarte si tenías novio.

- No, no hay ningún chico que me interese.

- ¿Te gustan las mujeres ?– me preguntó entonces.

- No, no es eso, es que los chicos que conozco son muy inmaduros y solo piensan en besarte y manosearte.

- En verdad no los culpo. Pero entiendo que a vos te gustaría un hombre más grande.

- Sí, es verdad.

Dicho esto se acercó a mí y me empezó a acariciar mis piernas desnudas, yo lo dejaba hacer porque en realidad me gustaba que me manoseara con esas manos que al contrario de muchos hombres las tenía suaves y no callosas por su actividad de tocar el piano. Poco a poco fue subiendo sus manos hasta que llegó a mi coño, el que acarició por encima de mis bragas para después besarme en la boca, lo que me encantó, pues aunque no era la primera vez que besaba a alguien, él lo hacía de una manera distinta a como lo hacían los chicos. Después de esto me quitó la blusa y el sostén para besar y chupar mis tetas de una manera que a mí me pareció que nadie lo haría mejor, luego me sacó la pollera y las bragas quedando completamente desnuda y bajando la cabeza me chupó la concha pasando su lengua por toda mi raja y metiéndome la punta con lo que me hacia cosquillas que me encantaban y me hacían sentir en la gloria. Se detuvo después para pararse delante de mío y sacando su polla la puso frente a mi boca pidiéndome dulcemente que se la chupara, y parecía haberse adueñado de mi voluntad pues yo sin haberlo hecho nunca antes tomé su polla entre mis manos y la empecé a chupar. Él me tomó la cabeza para que yo me metiera toda su polla en la boca cosa que yo hice y cada vez me gustaba más hasta que sentí que se corría dentro de mi boca y yo tragué toda su leche sin desperdiciar una gota. El me dijo que me había portado muy bien pues me había tomado toda la leche como una buena niña y que me iba a dar un premio. Luego me tomó entre sus brazos y me llevó a su habitación colocándome en su cama. Entonces mi tío se desnudó del todo y acostándose al lado mío empezó a acariciar y besar todo mi cuerpo en tanto yo hacía lo mismo.

Después me puso boca arriba diciéndome
- Ahora vas a tener tu premio - y dicho esto se acostó sobre mí y con sus dedos me abrió la concha poniéndome la punta de su polla apuntando hacia ella, y me la fue metiendo poco a poco hasta que chocó con mi himen entonces yo le pedí :
- Desvírgame, tío, no me hagas esperar, que ya quiero convertirme en una mujer.
Dio un empujón y me metió toda su verga en mi concha y a pesar que en un principio me dolió, después sólo sentí goce y deseaba que me metiera más y más su polla
- Más fuerte tío, quiero que me la metas toda adentro.
Mi tío empezó un mete y saca a toda velocidad y al poco rato me llenó la concha de leche y yo gozaba como una loca. Después de descansar un poco tanto yo como mi tío teníamos ganas de follar de nuevo por lo que tomé su polla que se había encogido y la empecé a mamar hasta que ésta fue creciendo y a punto para volver a metérmela, cosa que mi tío hizo y al llenarme nuevamente la concha de leche yo gocé aún más que la primera vez y deseando que me follara una y otra vez. Después de esto yo empecé a visitar a mi tío más frecuentemente con la excusa de preparar mi examen y entre las clases de piano mi tío me daba clases de sexo, y no perdimos el tiempo pues obtuve mi diploma de profesora de piano aunque sobre sexo aún me faltaba mucho por aprender como verán en las próximas historias. Hasta pronto.

No hay comentarios: